En el 2014, durante la administración de Laura Chinchilla, surgió en el país el deseo de incorporarse a la Alianza del Pacífico, por lo que, en ese mismo año, mostró formalmente su interés de pertenecer a este. El propósito o motivación de Costa Rica está dirigido principalmente a mejorar la economía, debido a que este bloque ha mostrado un fuerte desarrollo y evidencia que “representa el 37% del PIB de América Latina y el Caribe, concentra el 50% del comercio total y atrae el 45% de la inversión extranjera directa en la región” (Pastrana & Gehring, 2014). Desde entonces y hasta la actualidad se disputa el ser miembro de la AP.
Las autoras de este análisis están en la posición a favor del ingreso de Costa Rica a la AP, y para justificarse se basarán en el modelo racional de Allison, el cual establece que para comprender situaciones del sistema internacional hay que fundamentarse en el individualismo metodológico, realismo, alternativas y en el cálculo consciente de las ventajas. Para ello, primero se contextualizará la cuestión y luego se expondrán los argumentos a favor del mismo, guiados por dichos conceptos claves del modelo.
La Alianza del Pacífico (AP) es una integración que se generó a partir del 2011 y se formalizó en junio de 2012. Sus integrantes son Colombia, Chile, Perú y México, cuarenta Estados observadores y dos observadores candidatos (Costa Rica y Panamá). Las funciones de los miembros se distribuyen, por un lado, México y Chile encargados de los procesos de internalización de las empresas de Latinoamérica, y por otro, Colombia y Perú se desempeñan en la atracción de inversiones extranjeras especialmente provenientes de Asia, esto con el fin de consolidar procesos comerciales. Los aspectos fundamentales que contribuyeron a su alianza son: “modelos de apertura, liberalización y desregulación económica y comercial” (Hernández, S.F).
Según la página oficial del Alianza del Pacífico sus principales objetivos son:
Desarrollar una mayor integración que permita la apertura al flujo de bienes, servicios y personas entre sus miembros… [ya que se ve como un medio para] crear políticas, integración económica y comercial… [esto con el fin de] permitir un desarrollo económico de la región y así aumentar su bienestar. (Alianza del Pacífico 2016)
Además, se inspira a promover el diálogo y la cooperación entre sus miembros. En este sentido, la institucionalización del proyecto debe conducir a estrechas relaciones entre los Estados miembros y a la integración real bajo marcos de diálogo y negociación. Uno de los principales requisitos para formar parte del bloque es poseer acuerdos bilaterales con cada uno de los miembros, cuestión en la que Costa Rica ya lleva ventaja.
Por consiguiente, y retomando los elementos del modelo racional de Allison, el individualismo metodológico comprende que todo fenómeno social es atribuible a las características y comportamientos de los individuos, en este caso, el fenómeno de adherirse a la AP basándose en el comportamiento de los costarricenses desde la perspectiva del desempeño laboral que conduce a la productividad. El realismo concibe que los actores políticos, en este caso el presidente de la República de Costa Rica y el ministro de Comercio Exterior principalmente, son los promotores de intereses materiales y persiguen ventajas al menor costo posible: el desarrollo económico e incrementación de la renta nacional mediante la IED, los TLC y el establecimiento de nuevas empresas que generen fuentes de empleo. Las alternativas asimilan la elección de opciones que ofrezcan el máximo beneficio aunque posean un costo: para Costa Rica mayor prestigio en el mercado de América (y si fuese posible con el resto del mundo), más un posible desplazamiento de empresas nacionales. Finalmente, el cálculo consciente de las ventajas de la integración de la nación a la AP se plantean a continuación.
Ser miembros parte significaría fortalecer la inserción del país con mayor potestad en el ámbito internacional; se garantizaría un espacio contundente en el bloque de economías más abiertas y dinámicas del continente, “el cual actualmente entra como la octava posición como potencia económica y como potencia exportadora a nivel global.” (Zúñiga). También se podrían mejorar aspectos tales como los procesos de regulación arancelaria y aduaneros, de tal manera que haya mayor fluidez en el intercambio comercial y una mayor diversificación de los productos, en pro de mejorar los sectores exportadores e importadores nacionales.
De igual manera “es predecible un acrecentamiento en las posibilidades de atraer Inversión Extranjera Directa (IED)” (Zúñiga), lo cual sería un logro importante para el país, ya que, no solo contribuiría en su economía, sino podría darse un incremento en la productividad interna “ocasionando con esto que aumente la eficiencia y competitividad” (Guardia 2015). Otro factor importante a considerar en la toma de la decisión a favor es la generación de empleos para los habitantes a través de empresas extranjeras regionales de la AP, y en el mejor de los casos empresas globales. Esto favorecería a reducir el problema de desempleo que se enfrenta.
Más aún, existiría la posibilidad para entablar nuevas negociaciones con los aliados comerciales que tengan México, Perú, Colombia y Chile. Inclusive, “representaría una puerta de acceso a la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE), pues tanto Chile como México ya son miembros de este órgano y Colombia tiene el estatus de candidato.” (Zúñiga). Y, colateralmente, se podrá propiciar el avance hacia el establecimiento de economías de escala y así ampliar los mercados.
En conclusión, todas estas razones a favor de afiliarse a la Alianza del Pacífico, no sólo potenciaría el ámbito económico del país, sino igualmente satisfacen el cumplimiento de los objetivos de la política exterior costarricense, extenuada en:
Consolidar, mejorar e incrementar las relaciones bilaterales y multilaterales mediante el diseño y ejecución de políticas e instrumentos de negociación internacional, procurando la salvaguarda y respaldo de los valores e intereses nacionales y derivando los mayores beneficios para el país. (Ministerio de Relaciones Exteriores)
Por último, entre los principios fundamentales que se concretaron en esta política exterior se encuentra el compromiso con el desarrollo y el bienestar del país, y el medio ambiente. Y este podría ser avalado gracias a una adhesión en la AP, ya que “permitiría al país, ser parte de programas de cooperación en materia de Medio Ambiente y Cambio Climático; Desarrollo Social; Intercambio Estudiantil y Académico y Turismo y muy importante la innovación tecnológica.” (Zúñiga)
Hecho por:
Rebeca Acosta Díaz
Josette Mora Chaves
Referencias Bibliográficas
Alianza del Pacífico. 2016. WHAT IS THE PACIFIC ALLIANCE?. Disponible en: https://alianzapacifico.net/en/what-is-the-pacific-alliance/.Revisado: 02 de septiembre 2016.
Allison, G. 1988. La esencia de la decisión. Buenos Aires; GEL.
Guardia, J. 2015. Integración económica regional en Latinoamérica: un camino complejo. Disponible en: http://www.kas.de/sopla/es/publications/40797/. Revisado: 22 de septiembre de 2016.
Hernández, J.; & L. Muñoz. 2015. Comercio y evolución de la Alianza del Pacífico. Equidad & Desarrollo. 24: 97-118. Obtenido el 22 de septiembre de 2016 de la base de datos Universidad La Salle.
Ministerio de Relaciones Exteriores. SF. Dirección de Política Exterior. Disponible en: http://www.rree.go.cr/?sec=ministerio&cat=politica%20exterior. Revisado: 02 de septiembre de 2016.
Pastrana, E., & Gehring, H. (2014). Alianza del Pacífico: Mitos y Realidades. Cali, Colombia; Universidad Santiago de Cali.
Zúñiga, J. SF. Costa Rica y la Alianza del Pacífico: ¿Oportunidad o amenaza?. Disponible en: http://catradeconsulting.com/costa-rica-y-la-alianza-del-pacifico/. Revisado: 22 septiembre de 2016.
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