Honduras ha tenido en su
historia de gobierno, una serie de crisis políticas que llegaron a afectar de
manera negativa el cargo de la presidencia de dicho país en el año 2009. Algunos
conflictos fueron enfrentamientos entre el presidente Manuel Zelaya (2006 –
2009) con el Congreso Nacional, La Corte Suprema de Justicia y el Tribunal
Supremo Electoral de Honduras. Los opositores de Zelaya decían que él quería
cambiar la constitución y poder reelegirse, aunque Zelaya lo negaba. El acto de
Zelaya se considera ilegal, dado que en
la Constitución de la República de Honduras se encuentra detallada la
prohibición sobre una Cuarta Urna. Al presidente se le ordenó abandonar el
proceso de referéndum que estaba promoviendo para cambiar la constitución. Sin embargo,
Zelaya desobedeció y comenzó a dar boletas de votación ilegalmente. En
consecuencia, el jefe de ejército se negaba a obedecer a este y Zelaya lo destituyó.
Todo este conflicto interno terminó en el golpe de Estado al gobierno de Zelaya
en 2009.
Entonces, en materia de política
exterior para Costa Rica, se toma una postura desde la teoría del modelo de la política
gubernamental interesante; Costa Rica opta por acoger a Zelaya en el país, aún
estando en desacuerdo con el golpe de Estado en Honduras. Lo que postula el
modelo de política gubernamental es que la racionalidad no debe ser el elemento
de mayor relevancia en la toma de decisiones de un Estado, sino que debe
existir una correlación o un trabajo paralelo con las instituciones de dicho
Estado. En otras palabras, los jugadores
no actúan en base a un conjunto consistente de objetivos estratégicos, sino de
acuerdo a variadas concepciones relativas a fines nacionales, organizacionales
y personales. Por lo que más adelante la postura del Ejecutivo se desenvuelve
en la razón de no apoyar el golpe de Estado pero acoger a Zelaya. Lo cierto es
que el ministro de relaciones exteriores del gobierno de Arias en el 2009, era el
señor Bruno Stagno Ugarte, quien nunca apoyó el caso específico, sino el principio
a saber, el rechazo a cualquier rompimiento de orden constitucional. Por tanto,
observando este conflicto desde la perspectiva política gubernamental, la decisión
de Arias fue irracional, ya que el ex
presidente se basó en juicios de valor y no en una correlación entre su racionalidad
en la toma de decisiones como jefe de Estado y lo que dictan la constitución y
las instituciones del país. Dado que la opinión del Canciller Stagno y otros
diplomáticos de aquella fecha fue meramente del primer modelo (racional) ocasionó
que la toma de la decisión de Arias se enrumbara a juicios de valor para aceptar
o no el recibimiento de Zelaya.
En pocas palabras, en la
toma de una decisión; a mayor asesoría de personas, menor capacidad de análisis
crítico.
Referencias Bibliográficas:
Ugarte, Stagno; B. 2013. Los
caminos menos transitados: La Administración Arias Sánchez y la redefinición de
la política exterior de Costa Rica, 2006 – 2010.
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